La tasa de pobreza cerró 2021 con una reducción interanual de 4,7 puntos porcentuales y afectó a unos 17 millones de argentinos. Con menor velocidad, el Gran Tucumán-Tafí Viejo siguió esa tendencia, pero el índice estuvo en un 42,7% al segundo semestre del año pasado, lo que implicó que aún están en esa condición socioeconómica unos 388.160 que residen en 89.180 viviendas del aglomerado urbano. La baja del indicador se observó en un período signado por las elecciones, en el que hubo una recuperación de la actividad económica frente a lo que había sido el escenario de igual período de 2020, en el que todavía padecía los efectos del aislamiento por la pandemia de la Covid-19.
Las explicaciones del Indec sobre la baja de la pobrezaLa tasa de indigencia del 6,1%, en el segundo semestre del año anterior, también se redujo 2,5 puntos respecto al primero y 2,3 puntos en la comparación interanual a nivel nacional. En el plano local, sin embargo, los datos difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) revelaron que la indigencia no cedió y que, por el contrario, experimentó una suba interanual del 0,2%, en la que 18.316 hogares habitados por 72.160 personas no pudieron reunir los ingresos mensuales mínimos para poder alimentarse.
Cuáles son los tres factores que permitieron el descenso de los índices de pobreza a indigenciaSegún el investigador Senior del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas) de la Universidad Nacional de La Plata, la baja de la tasa de pobreza responde a dos cuestiones esenciales:
• Durante la segunda mitad del año anterior se observó que la economía se recuperó a niveles previos a la pandemia. Este fenómeno llevó a que mejorara la tasa de empleo, con lo que se desprende de que más personas pudieron recuperar el poder adquisitivo para costear una canasta básica total.
Tucumán: bajaron la pobreza y la indigencia, pero los índices siguen por encima de la media nacional• Otro fenómeno que pudo haber llevado a la reducción de los indicadores socioeconómico está relacionado con el comportamiento de los precios de los alimentos en la segunda mitad de 2021. Esto pudo haber llevado a que más hogares argentinos, frente a la desaceleración de precios y de tarifas en un período electoral, pudieran recuperar coyunturalmente sus ingresos y escapar, de esa manera, a la pobreza y, en el peor de los casos, a la indigencia.
Según el Indec, la pobreza bajó de 40,6% a 37,3% y la indigencia descendió a un dígito: 8,2%Según los datos oficiales, entre julio y diciembre del año pasado salieron de la pobreza 920.400 personas respecto del semestre anterior y 1,2 millón respecto del segundo semestre de 2020, mientras que de la condición de la condición de indigencia, lo hicieron 703.300 y 623.100 en las mismas comparaciones.
¿Qué pasará este año?
Durante los primeros meses de este año, la Argentina evidenció una estampida inflacionaria que condiciona el futuro.
El panorama al inicio de 2022 es poco auspicioso, advierten Rafael Rofman y Carola della Paolera, investigadores del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC). El incremento en la tasa de pobreza (medida por ingresos) tiende a suceder por dos razones principales, señalan:
• Una pérdida del poder adquisitivo de los hogares (por ejemplo, por la inflación).
• Una pérdida absoluta de ingresos laborales que deriva de una caída en el empleo. En este sentido, si bien el nivel de empleo registró una recuperación significativa, la reciente aceleración en el aumento generalizado de los precios -particularmente en alimentos- lleva a que, muy probablemente, muchas personas no logren salir de la pobreza a pesar de tener un trabajo, puntualizan en un informe.
Con una inflación alta, el foco está en la pobrezaPor otra parte, al margen de las dificultades macroeconómicas que obstaculizan una reducción de la pobreza, existen problemas estructurales que impiden un avance en esta materia. Al ser un fenómeno multidimensional, la pobreza implica vulneraciones en varias dimensiones en las que se incluyen el acceso a servicios de cuidado, salud, educación y hábitat, entre otros. Estas vulneraciones, que empeoraron con la pandemia, interactúan entre sí, se refuerzan y potencian la reproducción intergeneracional de la pobreza.
Qué dijo Kulfas: “no es un dato para festejar”
El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas (foto), destacó ayer la baja de la pobreza durante la segunda mitad del año pasado. “Es importante destacar una baja en la pobreza, que está en 37,3% de las personas y el 28% de los hogares. Es decir que bajó de 40,4 a 37,3. Son tres puntos de baja de la pobreza, estamos hablando de cerca de un millón de argentinos que salieron de la pobreza”, indicó el funcionario nacional. “No es para festejar, porque sigue habiendo una proporción altísima de argentinos bajo la línea de pobreza, pero sí destacar que el camino emprendido está dando resultados”, resaltó el titular de Desarrollo Productivo.